El sector, que emplea a alrededor de 14 millones de personas directa o indirectamente, vio cómo se cierran fábricas y se asoma a la posibilidad de una guerra comercial con Estados Unidos, lo que hace tambalear su economía.
La industria automotriz fue históricamente uno de los pilares más sólidos de la economía europea, con una fuerte influencia sobre el empleo y el Producto Interno Bruto (PIB) de la región. Sin embargo, en los últimos años, enfrentó crecientes desafíos que amenazan su estabilidad.
La industria, que emplea a alrededor de 14 millones de personas directa o indirectamente, vio cómo se cierran fábricas y se asoma a la posibilidad de una guerra comercial con Estados Unidos, lo que pone en riesgo su futuro.
- PAQUETE DE MEDIDAS PARA FORTALECER LA INDUSTRIA AUTOMOTRIZ
Una de las principales iniciativas es la flexibilización de las normativas que sancionan a las empresas automotrices por sus niveles de emisiones. A partir de este año, la UE exige una reducción de las emisiones de los vehículos nuevos vendidos en el bloque, y las empresas que superen los límites establecidos deberán pagar multas. Sin embargo, para mitigar el impacto económico de estas sanciones, algunas grandes compañías, como Stellantis, Ford y Toyota, formaron alianzas estratégicas con fabricantes menos contaminantes, como Tesla, para compartir sus programas de emisiones. No obstante, las empresas que no cumplieron con los objetivos de electrificación establecidos para 2025 tendrán más tiempo para adaptarse a los nuevos estándares.
Como parte de las medidas de apoyo, la Comisión Europea propondrá una enmienda a la regulación de los estándares de CO2 para automóviles y camionetas, que permitirá a los fabricantes medir su desempeño de emisiones durante un período de tres años (2025-2027), en lugar de hacerlo anualmente. Este enfoque más flexible da un respiro a las empresas mientras se adaptan a las nuevas exigencias ambientales.
Además, la UE busca estimular la demanda de vehículos eléctricos, acelerando su incorporación a las flotas empresariales y apoyando la producción local de baterías. Esto se enmarca en una estrategia más amplia para asegurar que la industria automotriz europea sea más competitiva a nivel global y menos dependiente de proveedores externos, especialmente en lo relacionado con la producción de baterías para vehículos eléctricos.
La Comisión Europea también se comprometió a proteger a la industria de la competencia extranjera desleal, en particular de los subsidios y ayudas estatales otorgados a los fabricantes de vehículos eléctricos en China. Con esto en mente, se implementarán medidas de defensa comercial para garantizar un campo de juego más equitativo.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, destacó que el bloque mantiene sus objetivos en cuanto a la reducción de emisiones, pero con un enfoque más «pragmático y flexible», para garantizar que la industria automotriz sea sostenible, competitiva e innovadora. Von der Leyen también subrayó la importancia de fortalecer la producción nacional para evitar dependencias estratégicas, especialmente en la cadena de suministro de baterías. (Fuente: Ámbito)