MOBILE WORLD CONGRESS: IMPACTO DE UNA EXPO DE LA TECNOLOGÍA

La feria de Barcelona generó más de 15000 empleos · Hoteles y comercios trabajaron a pleno · Y se dejaron propinas de hasta 1000 euros.

“La feria significa una semana con muy buen trabajo. Incluso conozco gente que pide vacaciones en sus empleos para ganar dinero extra, porque se paga muy bien”, dice Fran, un catalán que reconoce 45 años y que es uno de los 15.000 empleados temporarios que aprovecharon de manera especial el desarrollo del Mobile World Congress 2018. Se trata de la principal exposición mundial de tecnología móvil y entre el 26 de febrero y el 1° de marzo pasado atrajo a Barcelona un aluvión de 120.000 personas de todas partes del mundo.

En la convulsionada capital catalana de hoy valoran al Mobile por su impacto económico. La crisis “independentista” abrió la posibilidad de cambiar la sede, por la que pujan muchas ciudades, entre ellas Dubai, Dublín y París. GSMA, la entidad organizadora, ratificó que el MWC no se mudará de Barcelona hasta 2023, fecha en que expira el contrato. Los catalanes tiemblan de sólo pensarlo: hay mucho dinero en juego.

Expositores, empresarios, ejecutivos, funcionarios y gurúes de unos 200 países arribaron a una ciudad partida por la política, lo que se refleja en la economía. El Mobile trajo algo de alivio: comercios, restoranes, taxistas, salas de fiestas, hoteles y locales de artesanías y teatros estuvieron repletos durante toda la semana. “Yo gano unos 100 euros al día, bastante más que en el promedio del año”, dice Vivian Fiaschetti, una joven boliviana radicada en Girona, contratada como “azafata” para atender uno de los 2.300 stands habilitados en la feria.

Vivian cuenta que es modelo y hace trabajos eventuales en congresos y eventos. “Las agencias nos exigen un buen nivel de inglés y que demos una imagen agradable durante el Mobile y en las cenas de recepción y gala”, comenta. Es una de las tantas “anfitrionas”, cuya misión es responder consultas con paciencia y amabilidad a los asistentes. El conocimiento de idiomas es un requisito indispensable en buena parte de los puestos requeridos, sea como auxiliar, promotor, cajero o asistente, dentro y fuera del ámbito de la Fira Barcelona, considerado el mayor predio ferial de Europa.

El inglés es muy valorado, pero también el manejo del chino y coreano, ya que muchas de las marcas que predominan en la industria móvil son de esa procedencia: Samsung, LG, Huawei y Motorola (hoy controlada por Lenovo), por ejemplo. La afluencia de público durante la semana del evento fue notable, pero no sólo eso. “La mayoría son gente adinerada y ejecutivos muy educados”, explica Pepe Camps, general manager del Hotel Astoria, ubicado en la periferia de la zona céntrica.

La hotelería es un termómetro económico casi infalible. La tarifa promedio se duplica durante el Mobile. “Una habitación pasa de 140 a 300 euros esta semana y eso pasa en todos los hoteles”, completa Camps, uno de los tantos que implora por mantener la exposición en Barcelona. Este administrador sostiene que desde octubre pasado, cuando estalló el conflicto, el turismo cayó 30%. “Ahora estamos completos por la feria, ojalá continuemos así”, dice, entremezclando afirmación y ruego.

La feria le genera 470 millones de euros a la ciudad, según difundió GSMA. Eso, sin computar la vidriera que representa el Mobile World Congress para Barcelona, que se mantiene desde hace años en el top ten de las ciudades con mejor reputación del mundo. La industria del ocio y el entretenimiento es la más beneficiada. Una ejecutiva de una multinacional relataba sorprendida una escena que vio sobre Passeig de Gràcia, la avenida con mayor cantidad de comercios de marcas premium y alta gama, equivalente a la Quinta Avenida de Nueva York o la Champs-Elysées de París. “En el local de Louis Vuitton había colas para entrar. Lo mismo pasaba en el de Prada y otras tiendas de indumentaria muy cara”, dijo.

Parece raro, pero es habitual entre los hombres de negocio concretar reuniones en restoranes, todo a cargo de sus compañías.“En una cena, varios altos ejecutivos de una tecnológica pagaron la cuenta con tarjeta corporativa y dejaron 1.000 euros de propina”, comenta Jean Lucas, de 28 años, a cargo de una pequeña cafetería ubicada en uno de los patios de comidas dispuestos al aire libre, entre los 8 pabellones de la exposición.

Durante esa semana y a pesar del frío invernal, la lluvia y nevadas intermitentes, los locales y comercios de las áreas más turísticas (La Rambla y el Barrio Gótico) estaban repletos. Los taxistas trabajaron hasta la madrugada, trayendo y llevando visitantes de las más diversas procedencias. Es curioso: a pesar del incremento de la demanda, algunos choferes igual se quejan. Es el caso de Miguel, de 49 años: “El Mobile es trabajo para todos y eso está bien. Pero en estos días, Barcelona está colapsada, es muy difícil hacer viajes. Tengo trabajo, pero yo no soy como los hoteles. Tengo la tarifa de siempre y gano más o menos lo mismo”, rezongó.

María Macía, una estudiante de 20 años que acepta empleos temporales, explica que el de este año es su tercer Mobile. Dice que hace diferencias por doble vía. “Habitualmente me pagan entre 6 y 8 euros. En esta feria, 11. Es más dinero y mayor cantidad de horas. Por una semana llego a cobrar cerca de 400 euros, para mí está muy bien”, señaló la joven.

Por la crisis catalana, 3.000 empresas trasladaron sus casas matrices de Barcelona. La visita del rey Felipe VI añadió pimienta. A su llegada al Palau de la Música para presidir la cena de bienvenida al MWC, el monarca español afrontó protestas de los independistas, alimentadas en parte por la decisión de la alcaldesa Ada Colau de no recibirlo. Afuera, en la vida real y la economía de la gente común, la feria fue una fiesta. (Fuente: Clarin)

14 de Marzo (Valor Local)